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Chispazos de Liderazgo Genial No. 8

Jun 25, 2025
Virtuosum
Chispazos de Liderazgo Genial No. 8
7:00
 

 

 

¡HOLA! Te doy la bienvenida a mi blog, soy Alfredo Esponda. Te ofrezco ideas acerca del liderazgo que puedas aplicar en tu medio, ya sea hogar, trabajo o ambiente social.

 

Te he ofrecido información relacionada con destellos geniales de líderes que, sin duda, conoces. Esta vez te ofrezco lo opuesto, justamente para reflexionar.

 

Un día visité a mi tía Alba, la encontré triste, muy triste y confundida. Me contó: “Alfredito, vengo de visitar a Paquita y no puedo creer lo que vi. Imagínate, creció con la familia, le apadrinamos la primera comunión, asimiló nuestras costumbres, le ayudamos en su boda para casarse y hoy que la visité vi cómo vive. ¡no podía creerlo! Casa sucia, piso de tierra, objetos tirados por todos lados y sus bebés, uno de brazos y el otro de dos añitos, ¡moquientos y sucios, ella despeinada y sin bañarse! ¿Por qué no aprendió a vivir como le enseñamos?”

 

Francisca Estrada vive como su medio le exige. Ella no podría traicionar las costumbres de su auténtica comunidad, por mucho que haya vivido varios años con la familia de mi tía Alba.  

 

A Paquita no podemos culparla. El arraigo familiar y el núcleo social en el que vivimos nos enclaustra y nos exige un cierto comportamiento del cual no podemos liberarnos tan fácilmente. Ese núcleo social al cual pertenecemos nos abraza amorosamente y nos hace serle fiel, aunque sea inconscientemente. Actuamos por imitación a nuestros cercanos.

 

Es muy conocida la frase: “Dime con quien andas y te diré quién eres”, aún más, suele decirse que nuestro comportamiento, actos, pensamientos y sentimientos están fuertemente influenciados por las siete personas más cercanas a nosotros. Esas personas con las que más conversamos e intercambiamos ideas, nuestros verdaderos amigos, con quienes sentimos grandes afinidades, nos contagian y acabamos siendo muy parecidos a ellos.

 

Ese núcleo social puede, muy bien, jalarnos hacia abajo o impulsarnos hacia lo mejor.

 

En este tenor de ideas, tengamos claro lo que hacen los líderes excepcionales: rompen el círculo inicial si ello les perjudica, o bien, se acercan a personas que pueden ayudarles a subir hacia mejores comportamientos que les dé acceso a mejores condiciones.

 

En una empresa me encontré con un gran amigo, Álvaro. Me comentó, en relación con uno de sus compañeros: “Lo que pasa es que Artemio no sabe relacionarse con sus iguales o con sus jefes, él tiende hacia abajo. Es un gran amigo de sus subordinados”. Me quedó claro que esa manera de pensar y actuar es frecuente verlo en muchas personas. Resulta muy difícil ir hacia los de arriba. ¿Por qué será?

 

Esto lo vemos en las convenciones donde hay muchos pares, gente de la misma profesión, pero de empresas de distinto tamaño, chicas, medianas y grandes. En ese ambiente es fácil ver cómo algunos profesionistas hacen muy buenos contactos con personas de mejor nivel, que son las más atractivas para intercambiar puntos de vista y, tal vez, establecer una futura relación comercial provechosa para ambos. Pero no, la mayoría se acerca con los de menor importancia y no se acercan a los de mayor importancia. ¿Es miedo? ¿A qué?

 

Un líder excepcional estudia sus propios comportamientos y se arma de valor para romper con aquello que lo limita, se arma de valor y provoca los cambios, aunque le duelan. Porque cambiar implica sufrir, como lo plantea Herman Hesse en Demián: “para cambiar hay que romper el cascarón”.

 

La gran trampa es lo que ya conocemos “lo bueno es enemigo de lo mejor”, así que los líderes excepcionales no se conforman con “lo que está bien”, rompen el molde y siguen adelante, especialmente cuando todos le dicen “si las cosas están bien, ¿para qué las cambias?”

 

Le hemos pasado revista a varios líderes, así que puedo concluir una característica clave en todos ellos: determinación. No basta tener sueños y ambiciones, es preciso convertirlos en propósitos acompañados de compromiso personal. Sin determinación fulminante las cosas quedan a medio camino, con un tímido “me gustaría tener…” o tal vez, un “sería magnífico llegar a ser el jefe”.

 

De lo que haces actualmente, ¿qué puede ser mejor, más grande, más eficiente, más rentable, más bonito o audaz?

 

Marcus Buckingham en su espléndido libro “Primero, rompa todas las reglas” nos afirma que “los grandes gerentes son revolucionarios, lo primero que hacen es romper todas las reglas de la sabiduría convencional” y con ese argumento, nos anima a seguir adelante. Marcus nos invita a pulir y aprovechar nuestros talentos. No debemos desaprovecharlos.

 

En fin, esta vez te pido que reflexiones acerca de lo que te limita ¿qué te está impidiendo lanzarte a la grandeza? ¿Cuáles talentos estás dejando de lado?  ¿Te quedarás cómodamente con lo bien que te está yendo? ¿Intentarás ir más allá de dónde alcanzas a ver? ¿Romperás la barrera del miedo? ¿Tendrás la valentía de abandonar el sitio cómodo de hoy por la aventura de mañana?

 


¡HASTA EL PRÓXIMO MIÉRCOLES!

 

MARCOS BUCKINGHAM: El talento es un patrón recurrente de pensamiento, sentimiento o comportamiento que puede aplicarse de manera productiva.

 

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