Discriminación dentro de la Empresa

Mar 10, 2023

Virtuosum

4:06

Por descuido o falta de atención incurrimos al interior de la empresa en actos de discriminación, o como suele decirse “lo que no es parejo, es chipotudo”, como esos arreglos chapopoteros que nos hacen en las calles, donde después de un arduo trabajo vemos que nuestra calle ya no tiene hoyos, pero abundan los chipotes. Pareciera imposible dejar parejo el piso.

Las decisiones que tomamos en la empresa crean desajustes porque, aunque no quiera reconocerse, hemos de favorecer a unos y desfavorecer a otros. Como en la escuelita, donde la maestra no se da cuenta que discrimina, porque se cree justa. Es imposible no inclinarse en favor del alumno estudioso y bien portado, haciendo diferencias frente a los mal portados y desobligados. Lo mismo pasa en las empresas.

En una ocasión tuve oportunidad de atender 10 grupos de capacitación presencial. Los primeros tres grupos se integraron de directivos al más alto nivel. El curso surgió a petición del nuevo director general, tenía escasos tres meses de haber llegado de la casa matriz francesa y le serviría para tomar contacto con sus trabajadores. Estaba muy entusiasmado.

El primer grupo integrado por el director general, tres directores y quince gerentes estaba completo a las 7:45 de la mañana, la coordinadora tenía bien dispuesta la recepción con café y galletas Magma de inigualable sabor y presentación. El curso comenzó puntual a las 8:00 con discurso inaugural y motivacional por parte del jefe máximo.

Los siguientes dos grupos, de jefes y subjefes, igual. Tuvieron comportamientos puntuales, con presencia del director general quien habría de darles el correspondiente discurso motivacional, aunque no se quedó. Al igual que el primer grupo un excelente café y galletas Mariam. En estos grupos no hubo interrupciones. Todos concentrados con celulares apagados.

En estos tres grupos observé que antes de entrar a la sesión se acabaron las galletas y algunos hasta metieron al salón otras más. A la hora del receso ya había reposición, la atención era espléndida. La coordinadora del evento me comentó “como les gustan las galletas a estos señores”.

En los otros siete grupos a las 8:00 comenzamos los cursos, pero sin quórum pleno. El director ya no asistió y por tanto no tuvimos discurso motivacional. Con frecuencia entraban al curso a reclamar la presencia de alguien del área de mantenimiento para salir a atender algún asunto urgente, lo mismo pasó con el de almacenes y otro del pago a proveedores. Todos tenían a la vista sus celulares, por si alguien los buscaba. Lo relevante es que en estos siete grupos el café fue de menor calidad y las galletas fueron de animalitos. A la hora del receso no hubo necesidad de reponer las galletas porque allí seguían, estaban intactas. La coordinadora del evento me comentó “a estos señores no les gustan las galletas”.

Los participantes comentaban “sí, hay que ver las diferencias con los grupos gerenciales, a ellos no les ponen galletas de animalitos”. La discriminación se nota. Los discriminados no pasan desapercibidos los acontecimientos que los afectan, no lo dicen abiertamente, pero se desquitan con rumores. Quienes discriminan no se dan cuenta del efecto que producen sus acciones.

La posible solución es informar y explicar el porqué de las diferencias. Que no se atribuya a discriminación.

En todo acto de la empresa, si se contrata baratito la gente lo percibe como una discriminación al comparar los privilegios que gozan otras personas o áreas.

Ahora que estamos en la época de cursos e-learning he percibido cómo en muchas empresas contratan proveedores de dudosa calidad, pero de precio muy bajo. La consecuencia, imparten cursos malos y luego sentencian con gran seguridad: la capacitación en línea no sirve.

Por algo, el padre fundador del movimiento internacional de calidad Edwards Deming nos dice: “el que compra por precio, merece ser estafado”. Las compras deben basarse en la calidad, no en el precio.

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