El Trabajo Ideal
Mar 09, 2023
Es de suponer que a todos se nos antoja encontrar el TRABAJO IDEAL, uno donde pongamos en acción nuestros talentos y nos sintamos a gusto. La pandemia de 2020-2021 provocó un cambio revolucionario en nuestra manera de trabajar, hay quienes pudieron hacerlo vía remota y otros que tuvieron que regresar a las operaciones presenciales cuidándose para evitar el contagio del Coronavirus-19.
La reclusión en casa, por demás obligada, ocasionó en muchos casos ciertas presiones y puso al descubierto la clase de relaciones existentes al interior del hogar. Muchos de quienes no tuvieron la oportunidad de trabajar a distancia reventaron. Se puso en evidencia que el trabajo es una auténtica liberación del espíritu y de las energías del individuo. En el confinamiento explotaron.
Pues bien, el TRABAJO IDEAL reúne 7 características que se reflejan en el acrónimo ADRECIS.
- AUTONOMÍA. Un trabajo que nos permite movernos a nuestras anchas es un requisito del placer de trabajar. La autonomía que nos otorga el trabajo es consecuencia de haber exhibido el dominio sobre las tareas que forman parte de la responsabilidad inherente al puesto. Nadie nos otorgará una autonomía que no nos hayamos ganado con los resultados obtenidos. Eso significa que estamos en un puesto donde ponemos en acción nuestro talento, nuestra preparación y nuestra experiencia. Un principiante no tiene derecho a la autonomía, necesita dirección y supervisión. Si es dedicado y responsable le llegará el momento en que le otorguen la autonomía por merecimientos propios. Tendrá que pagar el precio del aprendizaje y la experimentación a través de la práctica deliberada.
- Un trabajo ideal debe brindarnos la posibilidad de ser mejores conforme pasa el tiempo. No somos los mismos después de trabajar un mes o un año, siempre aprendemos, pero nada se compara con tener una estructura didáctica que produce aprendizaje significativo sobre el mismo trabajo. Un buen programa de capacitación es indispensable, que abarque no solo el know-how del puesto, sino también materias colaterales que nos aporten desarrollo de habilidades blandas, las famosas soft-skills, junto con temas de carácter motivacional de corte aspiracional que nos infundan fuerza y resiliencia.
- Un trabajo ideal debe plantearnos retos diarios, planteamientos que mantengan nuestra mente y corazón activos para encontrar soluciones. Es cierto que conviene tener rutinas claramente establecidas para evitar pérdidas de tiempo, pero dejar los procesos tal como están es ignorar las posibilidades de la mejora continua. El experto japonés Kaoru Ishikawa lo dice claramente “si un trabajo permanece igual es señal de que nadie está usando el procedimiento”. Es forzoso plantear mejoras continuamente y si no, por lo menos, al cierre del mes confrontarnos con los reprocesos, los desperdicios, los tiempos perdidos y las fallas que producen incumplimientos al cliente.
- Un trabajo ideal debe producir la sensación de que no estoy siendo explotado, por ello debemos buscar una excelente relación esfuerzo vs recompensa. Si considero que mis esfuerzos no son recompensados en su justa medida, es muy probable que mantenga como actitud cotidiana el mal humor. En circunstancias semejantes sugiero pensar en la frase de la célebre economista británica Joan Robinson: “es terrible ser explotado, pero hay algo peor, no ser explotado”. Es oportuno echar un ojo a las estadísticas de desempleo. El mercado laboral es el juez para este tema, para ello vale la pena acercarse a medios que investigan los sueldos y salarios en nuestra rama de actividad y para puestos similares al nuestro. Todos queremos que nos paguen más, pero si el mercado laboral nos informa que esos niveles de pago que recibimos son similares a lo que existe en puestos semejantes de empresas del mismo giro es indispensable hacernos a la idea de que es una relación equilibrada. Si mantengo una opinión distinta, tal vez está llegando el momento de otear el horizonte para encontrar otra posición que reúna las siete características, no sólo la financiera. Hay puestos mejor pagados, pero no conjugan felizmente las condiciones exigidas para ser un trabajo ideal.
- Un trabajo ideal debe ofrecernos la posibilidad de aspirar a situaciones que signifiquen un progreso. En empresas grandes es fácil encontrar caminos que revelen un ascenso, especialmente si cuentan con sucursales o una plantilla ejecutiva numerosa. Ascender a posiciones de mayor jerarquía no es el único camino del crecimiento, en empresas pequeñas y medianas pueden ofrecerse opciones de aprendizaje lateral, de modo que nuestras expectativas hacia el futuro puedan ser colmadas. Superación constante.
- INNOVACIÓN. El trabajo ideal debe ofrecer opciones para que sean aceptadas nuestras ideas de nuevos procesos o productos que, como consecuencia de nuestra experiencia se nos vayan ocurriendo. Hacer aportaciones nos convierte en personas valiosas ante nuestros jefes y, particularmente, ante nosotros mismos. Si nuestras proposiciones son aceptadas y se ponen en ejecución tendremos la oportunidad de comprobar que somos innovadores y ello resalta nuestra valía personal. Si a estas aportaciones las acompaña un premio económico es tan sólo un residuo que nos gratificará, pero que no debe ser nuestra principal intención.
- El trabajo ideal tiene que producir orgullo a quien lo realiza y el modo más adecuado es tener claro a quién beneficia lo que hacemos. Quisiéramos que nuestro trabajo impactara a la humanidad y que contribuyera a cambiar el mundo. Un trabajo que inspira facilita sentir pasión por lo que se hace cada día.
Es el momento en que te invito a reflexionar sobre estas 7 características ¿Tienes un trabajo ideal? ¿Hay algo que puedas hacer para conseguir el cumplimiento de las 7 características? ¿Le pedirías algo más al trabajo ideal? Espero tu contribución, te agradeceré me la envíes a [email protected]
Te deseo una semana feliz y productiva.
¡HASTA EL PRÓXIMO MIÉRCOLES!
THOMAS CARLYLE: “El ideal está en ti; el obstáculo para su cumplimiento también”.